Cuando yo era albañil tenía un jefe que era como Hulk, lo único diferente es que no era verde ni tampoco tenía pelo. Un tipo enorme y fuerte que tenía una fascinación por la maquinaria de construcción, desde la paleta más básica hasta el martillo percutor más cojonudo.
Nunca he visto a ese hombre cargar algo más pesado que un saco de yeso de 25kg y gracias a eso me cayó un día una bronca descomunal cuando me eché a la espalda dos de estos: «Niño, como te hagas daño ni vas a cobrar la baja ni te voy a mantener en la empresa».
Yo me quedé un poco en shock con esa frase y obviamente le fui a pedir explicaciones:
Yo: ¿Por que dices eso?
Jefe: Yo invierto cantidades ingentes de dinero en maquinaria como carros de trabajo, martillos percutores y llegas tu y no usas el carro para transportar el yeso y tampoco usas el martillo para tirar una pared ¿de verdad crees que esto lo voy a permitir? Tu espalda no tiene repuestos en ningún mercado del mundo y a mi un tipo con la espalda rota no me sirve para nada.
Me quedé en shock porque ese hombre que en apariencia no pasaba de un 2 de iq me dio una lección grande, me hizo ver que tienes que usar las mejores herramientas en el contexto adecuado si vas a picar una pared usa un martillo percutor, no un cincel, no eres Da Vinci eres un albañil.
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Cada necesidad la puedes cubrir con una herramienta distinta elige la correcta y deja de tratar de impresionar a tu jefe rompiéndote el lomo con acciones estúpidas.
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