Érase una vez una mujer con tanto miedo a vivir que iba buscando por todas partes el miedo porque era su modus operandi, tenía que tener esa tensión en el cuerpo que le hace sentir el miedo injustificado hacia cualquier cosa.
Un día de camino al trabajo en una mañana invernal que la única luz que había era la de las farolas de la propia calle esta trastornada iba mirando el interior de los coches por los que pasaba y cuando terminaba de mirar se sentía aliviada pero es que una vez notó en el interior de un vehículo algo raro, se acerca al coche, pone su jeta en el cristal y de repente ve unos ojos en su interior que se cruzan con su mirada, una boca blanca/negra/amarilla y…
AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!
Había un pobre mendigo durmiendo plácidamente en el coche que fue despertado por una loca que lo estaba mirando fíjamente y que de repente le lanza un grito de guerra cual espartano.
Ella salió corriendo, llamó a su marido para que la calmara y me imagino que el mendigo después del infarto inicial siguió con su siesta.
La mayoría de miedos los creamos nosotros mismos, no existen ni van a existir nunca pero hay personas que se empeñan en recrear realidades para que su vida tenga sentido y eso no es lo que nosotros hacemos, para ser 1% no tienes que crear miedos tienes que afianzar tus fortalezas y si no sabes como, me dejas tu email y te lo cuento.
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